Hemos pasado de desarrollar músculos a entrenar movimientos gracias a una visión más abierta hacia el nuevo Entrenamiento Funcional. Se nos pusieron a nuestra disposición medios materiales alternativos a los tradicionales como los fitnessball, el bosu, T-bow, plataformas vibratorias, balones medicinales, entrenamientos en suspensión… era cool y todo aquello que fuera novedoso y adornase bien un ejercicio proponiendo situaciones inestables, que pusiera en acción cadenas musculares o que provocase una mayor estimulación neuromuscular, parecía que estaba mejor considerado que cualquier ejercicio tradicional y además, tenía el valora añadido que situaba al entrenador en la categoría de gurú y gran descubridor de ejercicios.