El fitball es un medio que bien utilizado nos puede aportar ventajas y beneficios, pero como todo si lo usamos de forma incorrecta asumiremos riesgos que lo pueden convertir en un ejercicio nada recomendable.

Tumbarnos sobre un balón, a priori es una ventaja para la columna, ya que su forma esférica y adaptable permite mantener la curvatura lumbar y disponer a la cadera y columna en una posición neutra donde el disco se encuentra en una situación estable y segura. Sin embargo, cundo el movimiento lo llevamos hacia los extremos esta ventaja desaparece y la columna se dispone en una situación muy comprometida para el disco.

El objetivo en el curl-up es movilizar la zona dorsal manteniendo estable la zona lumbar, de esta forma la acción muscular se concentra en la pared abdominal sin ningún riesgo sobre la columna lumbar. Sin embargo, existen dos rangos de movimiento que llevados a su límite nos traerán consecuencias nada deseables, uno es en la extensión sin control y otro en la flexión máxima.

Con el balón, a diferencia de cuando lo realizamos sobre el suelo, se puede continuar aumentando el rango de movimiento durante la extensión, quedando los hombros por debajo de la cadera, lo que supone un aumento en la lordosis lumbar más allá de su curva natural, la consecuencia es un choque en las facetas articulares además de un acuñamiento del disco intervertebral. Además muchas personas llegan a esta fase, dejándose caer lo que supone un movimiento brusco de choque articular. Muchas personas con falta de fuerza, no controlan la fase excéntrica y aprovechan la inercia para hacer más repeticiones, cuestión nada deseable si a cambio estamos dañando las estructuras articulares.

La acción de flexión de la columna con incorporación del tronco, sitúa a la zona lumbar en una excesiva flexión provocando una situación de riesgo para el disco intervertebral. Eliminar la curva natural de la lordosis supone adoptar una situación mecánica poco natural para el disco que se encuentra acuñado y resulta empujado hacia atrás lo que supone una situación de riesgo que provocará protusiones y a medio plazo dolor e incluso la temible hernia de disco. De esta forma, un ejercicio que en teoría era para mejorar la fuerza del tronco de forma segura, se convierte en una auténtica causa de riesgo. No es aconsejable realizar ejercicios de este tipo de forma repetida y sistemática, menos aun cuando se tienen problemas de espalda o un bajo nivel de condición física.

abdominales fitball rango

1 Evita perder el control relajando los músculos de la pared abdominal. 2 Comienza y finaliza e ejercicio en la horizontal, cuando el hombro se encuentre alineado con la cadera. 3 Eleva ligeramente el tren superior manteniendo estable la zona lumbar. 4 Evita también la flexión máxima de la columna flexionado la columna lumbar.

Posiblemente limitando el rango de movimiento la fatiga será mayor que si aumentas el rango al completo, esto se debe a que el efecto se localiza en los músculos de la pared de abdomen. Cuando notes la fatiga muscular en tus abdominales, será el momento de finalizar la serie o el ejercicio, si continúas a base de aumentar el rango, implicarás a otros grupos musculares y sobre todo comprometerás las estructuras articulares a nivel lumbar. Recuerda que los abdominales no están para ser “musculados” sino activados y posteriormente integrados.

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