La grasa siempre ha sido la “mala” de la alimentación, sin embargo, la grasa es muy necesaria, en algunos casos incluso para deshacernos de esa grasa de reserva que tan solo es un sobrepeso. El punto negativo de la grasa es que ingerimos demasiada en la dieta y además de la denominada saturada, la menos saludable.

Erróneamente se ha interpretado tradicionalmente que mientras menos grasa comas, menos grasa tendrás, un supuesto tan absurdo como difícil de llevar a cabo. El límite de lo irracional e ignorancia llega hasta el punto incluso de rociar la sartén son sprays sintéticos para evitar el aceite en alimentos cocinados a la plancha. Además de quitarles gran parte del sabor, unas gotas de aceite de oliva son necesarias, saludables y no te hará coger peso.

En situaciones donde no se ingiere prácticamente grasa, nuestro organismo detecta déficits de vitaminas liposolubles, fosfolípidos, colesterol, etc. y entra en un mecanismo de defensa, su reacción es protegerse, deja de utilizar la grasa como combustible de energía y por otra parte, almacena grasa con mayor eficiencia. Esta es la razón por la que algunas personas al hacer una dieta estricta no solo no consiguen perder más grasa, sino que incluso pueden llegar a coger mas grasa.

Solución: Si preparas una ensalada, rocíala con aceite de oliva, añádele aguacate y algunos frutos secos. Está bien que elijas las carnes más magras, pero no te esfuerces en quitarles hasta la última traza de grasa. Deja al menos una yema de cada tres huevos que ingieras. La leche semidesnatada es una buena opción. No olvides que en una dieta equilibrada, necesitas un 20% de aporte calórico de grasas, lo que equivale a unos 50 gr. para las mujeres y unos 75 gr. para los hombres.

 

Error 3: Dietas vegetarianas

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