Esta alteración produce síntomas incómodos que se presenta con mayor frecuencia en el género femenino. Hay diferentes tipos de intolerancia y seleccionando algunos alimentos podemos eliminar estos síntomas que resultan tan incómodos.

La intolerancia de lactosa es una afectación de la mucosa intestinal con imposibilidad para digerir la lactosa (azúcar de la leche) debido a una deficiencia en la enzima lactasa. Esta imposibilidad de desdoblar la lactosa produce alteraciones incómodas como dolor abdominal, flatulencias y diarreas.

Debemos partir de la situación que la leche no es un alimento para adultos, su función es alimentar al bebe durante sus primeros meses de vida. Sin embargo, en décadas pasadas, la leche ha formado uno de los pilares de la alimentación no solo de la sociedad en general, sino también de los deportistas en particular, especialmente grupos como los culturistas. Lo cierto es que la leche no es el alimento mas completo y mucho menos, como vamos a comprobar el mas digestivo.

 


Ese azúcar tan molesto

La lactosa, es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos ya sea de vaca, cabra, oveja e incluso la humana, y que también puede encontrarse en muchos alimentos preparados.

El llamado azúcar de la leche, es un disacárido compuesto de glucosa y galactosa, nuestro organismo tiene que desdoblar, separar, estos dos azúcares para poder ser metabolizados y utilizados, la encima que se encarga de este proceso es la lactasa que se produce en el intestino delgado. Cuando la lactasa no realiza correctamente su función o sus niveles son muy bajos, parecen enormes dificultades para que nuestro sistema digestivo pueda digerir la lactosa que pasa al intestino grueso parcialmente digerida y provoca todos sus síntomas: dolores, hinchazón abdominal, diarrea, etc.

 

Tipos de intolerancia

Esta alteración no se presenta por igual en todas las sociedades, parece ser que pueblos que han sido tradicionalmente “ganaderos”, que se han alimentado generación tras generación de la leche de los animales, presentan menos casos de intolerancia a la lactosa que otros pueblos no acostumbrados a su consumo, los países escandinavos presentan una intolerancia tan solo del 1% en su población, mientras que esquimales y mejicanos presentan un porcentaje superior al 80%, en España se sitúa sobe el 15%

La intolerancia a la lactosa no es peligrosa y es muy común en los adultos, quienes en su mayoría al llegar a los 20 años de edad muestran algún grado de intolerancia a ella. Esta intolerancia se puede presentar en el momento del nacimiento, desarrollarse en la infancia cuando se introduce la leche de vaca en la dieta o más tarde en la etapa adulta.

Esta sensibilidad a la lactosa puede variar ampliamente, algunas personas notan sus efectos de forma inmediata tras consumir pequeñas cantidades. La intolerancia secundaria es la más habitual, suele presentarse después de una infección con episodios de gastroenteritis vírica o diarrea, puede reducir temporalmente los niveles de lactasa y hacer más sensible a la lactosa de forma temporal.

 

Medidas para evitar la intolerancia

Lo más recomendable lógicamente es eliminar el consumo de leche y otros derivados que contengan lactosa. Sin embargo si no tomamos este grupo de alimentos en nuestra alimentación se puede producir falta de calcio, vitamina D, riboflavina y algunas proteínas, cuestión muy importante sobre todo en la mujer. ES necesario prestar atención para consumir otros productos ricos en estos nutrientes, así como las dosis diarias recomendadas de vitamina A, C, fósforo, magnesio y potasio (los cuáles ayudan a la absorción del calcio).

 

Alternativas a la leche

–          Existen en el mercado marcas que comercializan productos sin lactosa, desde leche, hasta quesos.

–          Otra alternativa es elegir lácteos con lactoacidófilos que fermentan y eliminan la lactosa, en los yogures encontrarás está tipo de tratamiento.

–          Hay tabletas masticables de lactasa para ingerir antes de cada ingestión.

–          Hidrolizados de proteínas (suplementos), se producen mediante el calor o la hidrólisis de las proteínas originales de leche de vaca, su valor nutricional es adecuado y de alto valor biológico; de caseína, suero o soja.

–          Preparados de soja, almendras… mas indicados en casos de alergia a proteínas de leche de vaca

 

 

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