Siempre que hacemos deporte focalizamos nuestra atención en los beneficios, incluso hay actividades contempladas como las más completas, pero ¿nos paramos a pensar en los riesgos que asumimos a practicarlas?, sopesando este factor quizás la balanza cambie.

Lo cierto es que la aparente inofensiva carrera es tremendamente lesiva, montar en bici dispone a la columna en una situación comprometida, deportes de raqueta someten al hombro a situaciones extremas y ejercicios de fuerza y potencia comprometen la estabilidad lumbar. Sin embargo todos practicamos estas actividades porque los beneficios aportados son superiores a los riegos asumidos, el problema se encuentra cuando los riesgos comienzan a elevarse, y es una situación más habitual de lo que parece. Todos hemos tenidos sobrecargas lumbares al correr o hemos tenido alguna molestia en el hombro después de varios partidos de padel.

Este mes de diciembre publico un artículo en Sport Life donde me entro en esos ejercicios que tienen la importante función de compensar o preparar a nuestro sistema musculo-esquelético para una actividad física determinada. Son ejercicios que solamente los ponemos en práctica cuando ya es demasiado tarde, sin embargo incluirlos en las sesiones específicas de forma habitual conseguirán mantener los riesgos a mínimo, son ejercicios que quizás no mejoren el rendimiento pero desde luego permitirán que estés haciendo tu deporte durante más años y sin alteraciones.

Aquí os dejo dos de los ejercicios que aparecen en el artículo. Espero que tomemos conciencia de esta parte importante del entrenamiento que es la de compensar y prevenir.

Para evitar o compensar una excesiva pronación en la carrera que pueden desencadenar síndromes femoropatelares y fascitis plantar. Muy importantes sobre todo en las chicas corredoras por su disposición más ancha en la cadera:

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Realiza sentadillas con un tensor alrededor de las rodillas Camina lateral con un tensor en los pies para resistir la abducción De pie y un tensor que te obligue a una mayor estabilidad Prueba posteriormente a un solo pie. Tumbado lateral con una rodilla flexionada.

 

 

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