Justo este es un aspecto donde los suplementos aún no han llegado a conseguir los tan perseguidos efectos “quemagrasas”. En el mercado puedes encontrar desde la clásicos e inofensivos “L-Carnitina” y “Fat burners”, hasta autenticas bombas quemagrasas a base de excitantes que tienen el inconveniente de afectar al sistema nervioso.

Hay que dejar claro que ninguno de estos suplementos constituye por si solo un “quemagrasa”, tan solo son intermediarios metabólicos que intervienen en el proceso de la oxidación de los ácidos grasos cuando sobre todo, hacemos ejercicio.

La L-Carnitinatiene la función de introducir los ácidos grasos en el interior de la mitocondria celular para su oxidación, pero si no hacemos ejercicio, el acido graso no se transportará por la sangre y llegará hasta la célula para eliminarse. Este suplemento, tradicionalmente utilizado para bajar de peso, realmente tiene su justificada su utilización en situaciones de fatiga por alto volumen de ejercicio, es decir, ayuda a la recuperación y reduce la sensación de fatiga en personas que realizan un elevado entrenamiento cardiovascular a la semana, sobre todo si la alimentación no está a la altura de esta gran demanda energética. En estas situaciones, la suplementación con Carnitina favorece la recuperación, permite mantener este nivel de entrenamiento, y como efecto secundario lógicamente se termina consumiendo grasa. El milagro de la disminución del tejido graso se atribuye al apoyo de la L-Carnitina, pero la realidad es otra.

Los conocidos como Fat Burners, en principio son tres aminoácidos la colina, inositol y metionina, que intervienen en la emulsión de grasas en el hígado y se ha demostrado su aplicación en casos de esteatosis hepática, es decir el denominado hígado graso, una alteración muy habitual en hombres maduros con tendencia al exceso de alcohol y malos hábitos nutricionales, son esos típico hombres con una barriga prominente hinchada y dura. Sin embargo, que funcionen en este tipo de casos no se corresponde su utilización para reducir la grasa localizada.

Los excitantes como la cafeína, efedrina, teina, etc. si que tienen la propiedad de aumentar la secreción de adrenalina (aunque tiene el efecto no deseado de alterar el sistema nervioso) que a su vez degrada los adipocitos, los ácidos grasos se vuelcan al torrente sanguíneo, pero llegados a este punto, si no necesitamos energía, vuelven a almacenarse en forma de grasa. Es decir, si no estamos moviéndonos, no es necesaria la degradación del ácido graso en la célula y el efecto “quemagrasa” se pierde. Si se une el ejercicio, la activación del sistema nervioso permite alejar la sensación de fatiga, nos permite mantener durante más tiempo la carga de trabajo, los ácidos grasos se oxidan y se consigue de esta forma involucrar mucho más a la grasa como suministro energético. El inconveniente de este tipo de sustancias es que provocan cierta dependencia, a medio y largo plazo nuestro cuerpo nos pide ese “chute” de activación, lo podemos comprobar a diario con la necesidad de un café. A esto hay que sumarle que muchas personas presentan una especial sensibilidad a los excitantes y pueden tener episodios de insomnio, taquicardias, nerviosismo, diuresis e hipertensión arterial, así que no es un suplemento a utilizar en personas con alteraciones cardiovasculares.

Algunas compañías de nutrición comercializan quemadores de grasa que combinan en mayor o menor porcentaje estos intermediarios unidos a otros productos energizantes como el ginseng, te verde, polen o con diuréticos naturales como extracto de alcachofa y cola de caballo.

Encontrareis a muchas personas que os aseguran que a ellos les ha funcionado, y realmente así ha sido, yo personalmente he conocido a personas que los han utilizado y los resultados han sido evidentes. Pero a poco que sigues preguntando, te das cuanta que también iniciaron o aumentaron el ejercicio y comenzaron a cuidar su alimentación. Quizás el suplemento sea un mero intermediario metabólico con apenas significación en la verdadera quema de grasa, pero en casos ha sido el responsable de una sucesión de acciones que han llevado a que muchas personas inicien un programa y cuiden la alimentación.

Asombrosamente, funcionan muy bien quemando grasa cuando se acompaña de la práctica del ejercicio. Realmente el mejor “quemagrasa” es el propio ejercicio físico.

 

Pierde peso entrenando…

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