Hay personas que tras seguir una dieta para perder peso, ven como no solo vuelven a ganar el peso perdido, sino que incluso en ocasiones se aumenta la acumulación de la grasa. Es lo que se denomina “efecto rebote”, para que puedas evitar este mecanismo, aquí tienes la explicación.

Uno de los métodos más populares, pero también el menos indicado, es el de las dietas hipocalóricas extremas como medio exclusivo para lograr la pérdida de peso. La pérdida que se produce al principio no es principalmente de grasa corporal, se debe más a las reducciones de las reservas de glucógeno, tanto hepáticas como musculares y, desde luego, al agua que se asocia a este glucógeno eliminado. Lo más normal es que estos niveles se restablezcan en cuanto se abandone la dieta y se adquiera el peso original. Por otra parte, nuestro organismo posee mecanismos de adaptación y de defensa que durante estados carenciales intentan proteger al organismo aumentando los niveles de reserva (grasa corporal), ya que piensa que se avecina un período de hambre y se prepara para ello asimilando y llenando los depósitos naturales de forma más eficiente, obteniendo un “efecto rebote” no deseado.
diet3Otro efecto de estos mecanismos de defensa influye sobre el“ritmo metabólico basal” (RMB), que lo representan las calorías que invierte el organismo en mantener las constantes vitales y todas sus reacciones químicas (ritmo cardiaco y respiratorio, mantenimiento del tono postural, etc.). Con las dietas hipocalóricas se reduce el RMB, ahorrando al máximo el gasto de energía. El metabolismo se vuelve más lento, impidiendo la eliminación de la grasa, ya que la energía para mantener las constantes vitales se obtiene de la lipólisis.

Por tanto, debemos hacer todo lo posible por evitar este efecto, provocando el contrario, es decir, elevar el RMB el máximo posible, ya que es el proceso que consume más energía y además procedente de la degradación de las grasas

La pregunta clave es ¿cómo debemos respetar el principio de comer menos y eliminar más para conseguir una correcta pérdida de peso? La solución a esta pregunta trascendente la obtendremos respetando los siguientes aspectos:

1)      Reducir el aporte calórico siempre de forma progresiva. De esta forma no someteremos a nuestro organismo a cambios drásticos que le obliguen a disparar los mecanismos de defensa antes mencionados. Debemos conseguir que el organismo se adapte paulatinamente a los nuevos hábitos y necesidades. Para ello, debemos ser progresivos y tener paciencia, ya que este tipo de resultados siempre se ven a largo plazo. Si obtenemos resultados a corto plazo al organismo no le da tiempo a realizar todas las adaptaciones necesarias y tarde o temprano retornará a los niveles anteriores.

2)      Aportar no menos del RMB (unas 1.200 kcal/día en mujeres / 1.700 kcal/día en hombres). Por debajo de estas cantidades entraremos en procesos catabólicos que pueden terminar siendo perjudiciales para la salud (pérdida de masa muscular y descenso del RMB).

3)      Garantizar siempre un aporte mínimo de los nutrientes esenciales. Si no somos capaces de obtenerlos a través de la alimentación, podemos conseguirlos a través de la suplementación, eligiendo aquéllos que suelen faltar en una dieta hipocalórica y que son de vital importancia para el mantenimiento de la salud: minerales como el calcio y el hierro, antioxidantes (vitaminas C y E, coenzima Q10), vitaminas liposolubles (A, D, E, K), aminoácidos y ácidos grasos esenciales.

 

 

 

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