Para trabajar el core, no le des carga, rétalo. Existe un gran abanico de posibilidades desde tumbado hasta de pie.

El objetivo no es incrementar continuamente la carga, sino proponer situaciones de reto en la estabilidad para así conseguir un estímulo específico a su función, que no olvidemos no es la de producir movimiento, sino la de aportar estabilidad. Este criterio no justifica el proponer continuamente ejercicios con bases inestables, esta orientación ha sido mal interpretada y peor aplicada. Genera fuerzas que intenten sacar a la columna de su posición estable conservando sus curvas, en propuestas que intenten bascular a la cadera, rotar la columna o modificar sus curvas fisiológicas, los músculos deben “luchar” para evitarlo, o al menos, mantener el control excéntrico del movimiento.

Ante un movimiento multiarticular con exigencia en la estabilidad, el sistema nervioso no envía una señal a los abdominales, sino a toda una cadena muscular que debe gestionar una línea de fuerza, por tanto, no es tan importante la fuerza como el control neuromuscular. Debemos proponer situaciones que permitan la comunicación motriz de menor a mayor participación muscular, por ello una vez más, quedarse en los ejercicios aislados no resultarán muy interesantes.

En este vídeo tienes un recopilatorio de ejercicios progresivos iniciados desde la posición tumbada, para pasar a trabajar de rodillas y finalmente realizar retos de pie con transferencia.

 

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