Havas Media es una de las grandes compañías de Marketing y publicidad. Como parte de sus jornadas de formación y networking internas hacia sus comerciales, empleados y principales clientes, decidieron no solo formar a su personal interno con cuestiones como la comunicación, misión y valores de la compañía, sino también contemplaron otras cuestiones tan o mas importantes como son la motivación, organización del tiempo, trabajo en equipo y entre ellas los hábitos saludables, y ahí entro yo.

Hace tiempo, desde Sport Life, organizamos una pequeña charla informativa sobre hábitos posturales en el trabajo y como elemento motivador regalábamos un fitball para incentivar a los trabajadores a cambiar su silla por un balón y este pequeño hábito a su vez que despertarse el interés por hacer algo de ejercicio con el balón, a comenzar a ser activos, a por lo menos ser conscientes de como la vida sedentaria y laboral puede llegar a ser la mayor responsable de alteraciones y problemas de espalda.

Esta pequeña iniciativa ha ido tomando cada vez mayor protagonismo y sobre todo aceptación, tanto es así que ya soy un habitual en sus jornadas de networking. He vuelto a coincidir con algunas personas que se animaron a cambiar su silla por un balón y me agrada observar sus reacciones al cabo de unos meses, cuando pasa un tiempo se dan cuenta del cambio que ha sucedido en sus patrones posturales y como ahora ya no han sido capaces de volver a la estática, cómoda, ergonómica y lesiva silla de trabajo.

Hoy he vuelto a colaborar con esta empresa y hemos realizado una charla teórico-práctica sobre cómo los hábitos del día a día nos van haciendo cada vez más pobres motrizmente, cómo vamos perdiendo funcionalidad y cómo termina afectando a nuestros patrones posturales y lógicamente desencadenando graves alteraciones en la columna. A medida que nos incorporamos a la vida laboral o ya incluso a la vida de estudiante, comenzamos a limitar nuestra motricidad, perdemos capacidad de movilidad, el sistema propioceptivo se estimula menos, la masa muscular se atrofia, el tejido conectivo se retrae, el disco intervertebral se va deshidratando, aparecendesequilibrios musculares… no nos damos cuenta pero día a día, mes a mes, año a año, nuestro cuerpo deja de ser funcional y con cuarenta años tenemos que agacharnos a coger algo del suelo con “higiene postural”, una pena, una pena que nuestra columna solo nos aguante la mitad de nuestra vida útil. Hoy les hice una pregunta, una pregunta muy simple para que vieran hasta que punto estamos pendiendo capacidad motriz, la pregunta era… ¿recuerdas la ultima vez que te agachaste flexionando tus rodillas y cadera?… silencio… la mayoría no lo recordaba… triste, pero esta es la realidad. Nuestra vida cotidiana está diseñada para que nunca nos flexionemos en exceso, ya tenemos la silla, el asiento del coche e incluso la taza del baño, ni tan siquiera durmiendo flexionamos las rodillas. ¿Cómo queremos entonces que estén sanas y funcionales? La respuesta es imposible, el cartílago se queda desnutrido por no usarse y los ligamentos rígidos por no ser movilizados en todo su recorrido, es así de simples, lo que no se utiliza, se atrofia y deja de ser funcional, no nos sirve. Con la columna sucede otro tanto de lo mismo, ¿Cuándo fue la última vez que levantaste una carga del suelo a modo de peso muerto? Para la mayoría de la gente pueden pasar meses, incluso años. La teoría es bien simple, diez, doce, veinte horas de atrofia muscular para la columna es la vía mas rápida para conseguir tu dolor de espalda. La sociedad de la ergonomía laboral, la postura cómoda y relajada es la causa principal del dolor de espalda, parece una paradoja, pero así es. La columna está diseñada para moverse y estar de pie, todo lo que sea estar sentados, estáticos y relajados es hacerla disfuncional.

Si lo pensamos un poco, comenzamos a ver que al menos estar sentado en un balón las horas laborales puede en cierta (o gran) medida evitar el dolor de espalda ya que los músculos erectores y en gran media el sistema propioceptivo está mucho mas activo que cuando estamos sentados cómodamente en una silla “ergonómica”

Es un tema que da para mucho más y que tengo pendiente de abordar detenidamente en un artículo, pero hoy servirá al menos para pensar, sacar conclusiones y comenzar a ver a tu silla como tu enemigo y no tu amigo.

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