Dos sencillos test para valorar los isquiotibiales y determinar si tienes la articulación de la cadera sin limitaciones.

El grupo muscular formado por los isquiosurales en la parte posterior de la pierna, tienen una importante función postural, por lo que generalmente se presentan con un elevado tono muscular y tienden al acortamiento. Además de generar desequilibrios posturales, un acortamiento en esta musculatura, limitará el movimiento de rotación en la cadera interfiriendo en la técnica correcta de movimientos básicos e importantes como la sentadilla o el peso muerto. Por esta razón antes de acometer con intensidad estos ejercicios básicos de fuerza, es necesario valorar la movilidad de la cadera para comprobar que no se encuentra limitada por los isquiosurales.

Como son músculos biarticulres, ya que intervienen en la cadera y rodilla, es conveniente realizar varios test donde intervengan la flexión de la cadera y la extensión de rodilla.

Un test muy sencillo es elevar una pierna tumbado. Consiste en elevar una pierna de forma autónoma (sin asistencia), con la rodilla extendida y de forma controlada, intentando mantener la pierna extendida en su máximo recorrido de flexión de la cadera durante unos instantes, de esta forma se evitan lanzamientos y rebotes para conseguir llegar a la vertical.

   
Si consigues alcanzar los 90º de flexión de cadera manteniendo la rodilla extendida, la movilidad es aceptable.
Al estar tumbados sobre el suelo y con la otra pierna totalmente extendida, la cadera y columna permanecen estables evitando compensaciones mecánicas.
Cuando los isquiosurales están acortados, se puede observar cómo la rodilla queda flexionada o bien resulta imposible situar la pierna en la vertical.

 

Se debe evaluar el movimiento con ambas piernas, y aunque siempre hay pequeñas diferencias, lo ideal es que el rango de recorrido sea igual de positivo en ambas piernas.

Un test complementario es el de extender rodillas sentados sin que se produzca ningún movimiento ni compensación en la cadera y columna. La posición inicial es sentada en un banco manteniendo la columna alineada y estable. Seguidamente se extienden rodillas intentando mantener la estabilidad de la columna sin moverse.

   
Si dispones de buena movilidad, la columna permanecerá extendida sin apreciarse ningún movimiento en la cadera y columna.
Si tu columna se flexiona, es síntoma de un acortamiento que tira de los isquiones y hace que la cadera bascule con una rotación posterior arrastrando a la columna.

 

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